miércoles, 18 de junio de 2008

http://www.sica.gov.ec/agronegocios/nuevas%20agroexportaciones/principal.htm

TIPOS DE INVERNADEROS

Puede intentarse una clasificación según diferentes criterios (por ej: materiales para la construcción, tipo de material de cobertura característica, características de la techumbre, etc.), no obstante, se prefiere enumerar los más importantes obviando algunas características para su clasificación.

Dentro de los tipos de invernaderos más comunes en el mundo se encuentran:

§ Invernadero túnel.
§ Invernadero capilla (a dos aguas)
§ Invernaderos en diente de sierra.
§ Invernadero capilla modificado.
§ Invernadero con techumbre curva.
§ Invernadero tipo Parral o Almeriense.
§ Invernadero Holandés.

1. Invernadero Túnel:
Es difícil establecer una línea divisoria entre lo que es un invernadero y un macrotúnel, por no existir un parámetro definido. No obstante, se ha optado como medida de clasificación el volumen de aire encerrado por cada metro cuadrado de suelo. En general, de acuerdo a diferentes opiniones al respecto, podemos definir como invernadero aquella estructura que supera los 2.75‑3 m3/m2.

Se trata de invernaderos que tienen una altura y anchura variables.

*Este tipo de estructura tiene algunas ventajas e inconvenientes.

Ventajas
§ Alta resistencia a los vientos y fácil instalación (recomendable para productores que se inician en el cultivo protegido).
§ Alta transmisión de la luz solar.
§ Apto tanto para materiales de cobertura flexibles como rígidos.

Desventajas
§ Relativamente pequeño, volumen de aire retenido (escasa inercia térmica) pudiendo ocurrir el fenómeno de inversión térmica.
§ Solamente recomendado en cultivos de bajo a mediano porte (lechuga, flores, frutilla, etc.).

2. Invernadero Capilla
Se trata de una de las estructuras más antiguas, empleadas en el forzado de cultivos, muy usados en nuestro país, fundamentalmente en la zona de La Plata. La pendiente del techo (cabio) es variable según la radiación y pluviometría (variando normalmente entre 15° y 35°). Las dimensiones del ancho varían entre 6 y 12rn (incluso mayores), por largo variable. Las alturas de los laterales varían entre 2,0‑2,5m y la de cumbrera 3,0‑3,5m (también se construyen más bajos que los señalados pero no son recomendables). La ventilación de estos invernaderos en unidades sueltas no ofrece dificultades, tornándose más dificultosa cuando varios de estos invernaderos se agrupan formando baterías.

Ventajas
§ Construcción de mediana a baja complejidad.
§ Utilización de materiales con bajo costo, según la zona (postes y maderos de eucalipto, pinos etc).
§ Apto tanto para materiales de cobertura flexibles como rígidos.

Desventajas
§ Problemas de ventilación con invernaderos en baterías.
§ A igual altura cenital, tiene menor volumen encerrado que los invernaderos curvos.
§ Mayor número de elementos que disminuyen la transmisión (mayor sombreo).
§ Elementos de soportes internos que dificultan los desplazamientos y el emplazamiento de cultivo.

3. Invernaderos en dientes de sierra
Una variación de los invernaderos capilla, que se comenzó a utilizar en zonas con muy baja precipitación y altos niveles de radiación, fueron los invernaderos a una vertiente. Estos invernaderos contaban con una techumbre única inclinada en ángulos que variaban entre 5° y 15° (orientados en sentido este-oeste y con presentación del techo hacia la posición del sol -norte para el hemisferio sur-). El acoplamiento lateral de este tipo de invernaderos dio origen a los conocidos como dientes de sierra. La necesidad de evacuar el agua de precipitación, determinó una inclinación en las zonas de recogida desde la mitad hacia ambos extremos.

Ventajas
§ Construcción de mediana complejidad.
§ Excelente ventilación (lo que no plantea las limitantes del tipo capilla, en cuanto a la conformación de baterías).
§ Empleo de materiales de bajo costo (según zonas).

Desventajas
§ Sombreo mucho mayor que capilla (debido a mayor número de elementos estructurales de sostén).
§ Menor volumen de aire encerrado (para igual altura de cenit) que el tipo capilla.

4. Invernaderos tipo capilla modificado (Chileno)
Se trata de una variante de los tipo capilla (muy utilizados en la V región de Chile y promovidos por el programa Hortalizas del INIA), en nuestro país son muy utilizados en la provincia de Corrientes. La modificación respecto al capilla, consiste en el ensamble a diferentes alturas de cada cambio, lo que permite generar un espacio para una ventana cenital (lucarna). Las dimensiones más comunes de éstos invernaderos son:
§ Ancho de cada módulo: 6,0 m
§ Altura lateral: 2,4 m
§ Altura cenital: 3,6 m
§ Abertura cenital: 0,3-0,5 m
Los postes se plantan cada 2,0 m, tanto en el lateral como en la parte central, utilizándose postes sulfatados o bien, impregnados con brea al menos en los 0,40-0,60 m que van enterrados.

Ventajas
§ Construcción de mediana complejidad.
§ Excelente ventilación (al igual que el diente de sierra), siendo muy adecuados para la conformación de baterías.
§ Empleo de materiales de bajo costo.

Desventajas
§ Sombreo mayor que capilla (debido a mayor número de elementos estructurales de sostén), pero menor que diente de sierra.
§ A igual altura cenital, tiene menor volumen encerrado que los invernaderos curvos.
§ Elementos de soportes internos que dificultan los desplazamientos y el emplazamiento de cultivos.

5. Invernaderos con techumbre curva
Este tipo de invernaderos tienen su origen en los invernaderos-túneles. Por lo común son de tipo metálicos (caños de 2" a 2,5" de diámetro o bien perfiles triangulares con hierro redondo trefilado de 8-10 mm de diámetro), también hay con techumbres metálicas y postes de madera. Dentro de este tipo de invernaderos, pueden encontrarse diferentes alternativas según la forma que adopta el techo ( i - e - circulares - semielípticos - medio punto - ojivales etc.). Las dimensiones más comunes de éstos invernaderos van de 6,0-8,0 m de ancho por largo variable. En la zona del cinturón hortícola de la ciudad de Santa Fe, existe una alternativa de muy bajo costo (más próxima al tipo semielíptico) construida con postes de madera y techumbre de madera arqueada o caña. Se trata de estructuras endebles y de baja altura, tornándose muy importante como limitante para el clima de la zona.

Ventajas
§ Junto con los invernaderos tipo túnel, es el de más alta transmitancia a la luz solar.
§ Buen volumen interior de aire (alta inercia térmica).
§ Buena resistencia frente a los vientos.
§ Espacio interior totalmente libre (facilidad de desplazamiento, laboreo mecanizado, conducción de cultivos, etc.).
§ Construcción de mediana a baja complejidad (debido a la disponibilidad de los elementos prefabricados).

Desventajas
§ Tienen la misma limitante que los tipo capilla, cuando deben acoplarse en batería (de no poseer algún sistema de ventilación cenital).
§ La limitante ya señalada, plantea la necesidad de no superar los 25-30 m (de invernaderos acoplados), debido a las dificultades para ventilación.

6. Invernadero tipo parral (almeriense)
Son invernaderos originados en la provincia de Almería (España), de palos y alambres, denominados parral por ser una versión modificada de las estructuras o tendidos de alambre empleados en los parrales para uva de mesa. En nuestro país, este tipo de invernadero tuvo su mayor difusión en las provincias del NOA (particularmente Salta). Actualmente existe una versión moderna a los originales, que se construyen con caños galvanizados como sostenes interiores, permaneciendo el uso de postes para los laterales de tensión o aún, siendo reemplazados también éstos por muertos enterrados, para sujeción de los vientos, constituidos por doble alambre del 8. Estos invernaderos suelen tener una altura en la cumbrera de 3,0-3,5 m, la anchura variable, pudiendo oscilar en 20 m o más, por largo variable. La pendiente es casi inexistente, o bien (en zonas con puvliometría de riesgo) suele darse 10° -15°, lo que representa altura de los laterales del orden de 2,0-2,3 m. Se ventila solamente a través de las aberturas laterales. En la techumbre solo se utiliza un doble entramado de alambre, por entre el cual se coloca la lámina de polietileno, sino otra sujeción.

Ventajas
§ Gran volumen de aire encerrado (buen comportamiento según la inercia térmica).
§ Despreciable incidencia de los elementos de techumbre en la intercepción de la luz.
§ Aún tratándose de una estructura que ofrece alta resistencia a los vientos, es poco vulnerable por el eficiente sistema de anclaje.

Desventajas
§ Deficiente ventilación.
§ Alto riesgo de rotura por precipitaciones intensas (escasa capacidad de drenaje).
§ Construcción de alta complejidad (requiere personal especializado).
§ En zonas de baja radiación, la escasa pendiente del techo representa una baja captación de la luz solar.

7. Invernadero tipo venlo (Holandés)
Son invernaderos de vidrio, los paneles descansan sobre los canales de recogida del agua pluvial. La anchura de cada módulo es de 3,2 m y la separación entre postes en el sentido longitudinal es de 3 m. Estos invernaderos carecen de ventanas laterales (puede ser debido a que en Holanda no existen demasiadas exigencias en cuanto a ventilación). En vez, tiene ventanas cenitales, alternadas en su apertura una hacia un lado y la siguiente hacia el otro) cuyas dimensiones son de 1,5 m de largo por 0,8 m de ancho.

Ventajas
§ El mejor comportamiento térmico (debido al tipo de material utilizado: vidrio y materiales rígidos).
§ Alto grado de control de las condiciones ambientales.

Desventajas
§ Alto costo.
§ La transmisión se ve afectada, no por el material de cobertura, sino por el importante número de elementos de sostén (debido al peso del material de cubierta).
§ Al tratarse de un material rígido, con duración de varios años, resulta afectado por la transmisibilidad de polvo, algas, etc.

ANCHO (m) ALTURA AL CENIT ALTURA A 0.5m
3,0 – 5,0 1,5 -
6,0 2,5 1,3
8,5 3,2 1,7
9,5 3,3 1,7




Fuente: Carlos Bouzo, Norberto Gariglio. Cátedra de Fisiología Vegetal. Facultad de Agronomía y Veterinaria.

http://www.agroguias.com.ar/invernaderos.htm

CARTA ABIERTA A LOS JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO PARTICIPANTES EN LA CUMBRE MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN, CINCO AÑOS DESPUÉS

Excelencias:Como presidente de la Federación Internacional de Productores Agrícolas (FIPA) me corresponde el honor de transmitirles el siguiente mensaje del 35º Congreso Mundial de Agricultores, celebrado en Giza, República Arabe Unida del 25 al 31 de mayo de 2002.
Los líderes de las organizaciones nacionales de agricultores de todo el mundo, representantes de casi 1.000 millones de familias de agricultores están muy decepcionados por la falta de progreso en la eliminación del hambre en el mundo. 800 millones de personas no tienen alimentos suficientes para el sostén de la vida y del trabajo, y la mayoría vive en zonas rurales. 24.000 personas mueren a diario de hambre y de causas relacionadas con el hambre, de los cuales 18.000 son niños menores de cinco años.
Sus gobiernos asumieron compromisos en la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 para equilibrar esa situación. Esos compromisos fueron reafirmados en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas por la que 189 estados miembros acordaron acciones para recortar a la mitad la hambruna y la pobreza para el 2015. Cientos de millones de pequeñas familias rurales contaban con ustedes para hacer del “alimentos para todos” algo más que el lema de la FAO, y más que una meta incumplida de otra conferencia internacional. La decepción ha causado decepción y enfado.
A esos compromisos debió haber seguido la concesión de mucha mayor prioridad a la agricultura en los presupuestos agrícolas por parte de los gobiernos nacionales, en la ayuda al desarrollo y en los programas de las instituciones internacionales.. A pesar de ello la prioridad concedida a la agricultura es ahora menor.
¿Cómo puede pretender el Banco Mundial que desea eliminar la pobreza -que se encuentra en un 75 por ciento en las zonas rurales- cuando sus créditos a la agricultura se han recortado a sólo el 8 % del total de préstamos?
¿Cómo pueden esperar los gobiernos nacionales en los países en desarrollo eliminar la pobreza cuando muchos no tienen siquiera un plan nacional para la agricultura ni han asignado una parte razonable de su presupuesto nacional al desarrollo agrícola?
Los recursos ofrecidos por la ayuda internacional al desarrollo son importantes para acometer los problemas de la inseguridad alimentaria, particularmente en los países de bajos ingresos. Sin embargo el nivel de la ayuda al desarrollo ha caído en forma significativa, especialmente en la agricultura. Son muy pocos los gobiernos que cumplen con la meta acordada internacionalmente de dotar a la asistencia al desarrollo con el 0,7% del PIB.
Las “directrices de la pobreza” del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE ni siquiera incluyen a la agricultura.
La Agricultura sigue siendo la columna vertebral de la mayoría de las economías de los países en desarrollo. Los agricultores son capaces de satisfacer las necesidades de una población mundial creciente y están dispuestos a hacerlo si se les entregan las herramientas necesarias para hacerlo. La prioridad baja y en disminución de la agricultura es contraproducente. El abandono de la agricultura es la causa de muchos de los sufrimientos que hoy padece el mundo. Continuar con el abandono de la agricultura y de las gentes que trabajan en la agricultura sería un grave error porque el sector es clave en la lucha contra la pobreza y el hambre.
La Conferencia observó el desarrollo positivo de los agricultores en Africa con el establecimiento del programa de NEPAD. Los agricultores esperan que los compromisos de NEPAD generarán un progreso rápido y considerable para reducir el hambre y la pobreza en Africa.
Al reunirse ustedes como Jefes de Estado y de gobierno en la Cumbre Mundial de la Alimentación, cinco años después, en Roma, del 10 al 13 de Junio de 2002, los agricultores esperan acciones concretas para llevar a la práctica los compromisos asumidos hace cinco años en la Cumbre Mundial de la Alimentación. Menos que eso sería inaceptable. La cumbre de Roma debe ofrecer la dinámica necesaria para devolver a las cuestiones de la pobreza rural y la seguridad alimentaria a la cabeza de la agenda internacional. Debe decidir sobre las acciones concretas que deben realizarse y un calendario para su realización, incluyendo su revisión en cada conferencia de la FAO.
El acceso a los alimentos es un derecho humano básico que puede conseguirse.
Esta Cumbre sigue a la reciente reunión de Monterey en México en la que los gobiernos se comprometieron a un aumento significativo de la financiación para el desarrollo. En el uso de esos fondos debe concederse prioridad a la eliminación de la hambruna y la pobreza.
Está claro que para cumplir con los objetivos de la Cumbre de reducir a la mitad la pobreza hasta el 2015 es necesario motivar y movilizar a los agricultores en efectiva asociación con los gobiernos y otros interesados en la eliminación del hambre.
La FIPA propone que los elementos fundamentales de esta asociación incluyan las acciones siguientes:1. Invertir el proceso de drenaje de recursos de la agricultura e invertir la pronunciada caída de la ayuda para el desarrollo agrícola.
2. Centrar más los esfuerzos de desarrollo en las personas y sus organizaciones. Una de las claves para la lucha eficaz contra el hambre es tener socios bien organizados con quien trabajar, como las organizaciones de agricultores. El refuerzo de la capacidad de organizaciones auténticas de familias rurales e involucrarlas como socios en los esfuerzos de desarrollo debería ser la piedra fundamental de cualquier estrategia que pretenda alcanzar a los pobres del campo. Los agricultores son la gran mayoría de la población mundial. Ellos son los protagonistas esenciales para conseguir vitalidad económica, social y cultural en las comunidades rurales y dotándolas del potencial de generar los ingresos que saquen de la pobreza a millones de agricultores.3. Ofrecer a los agricultores en los países en desarrollo la posibilidad de ir más allá de la producción de alimentos para sus familias y generar ingresos procedentes de los mercados comerciales. Los agricultores en todo el mundo necesitan oportunidades de mercado pero también necesitan poder aprovechar dichas oportunidades mediante servicios de apoyo para conseguir que sus productos cumplan con normas d e calidad cada vez más estrictas.
4. Reforzar las organizaciones de agricultores en el mercado ante el poder de mercado de las grandes empresas multinacionales que dominan la cadena alimentaria. Las sociedades eficaces son aquellas que se establecen entre iguales y hoy día los agricultores son socios en situación desigual. Se dan muchos casos en que la desreglamentación y la liberalización han tenido por consecuencia presiones sobre los precios de los productores y aumentos en los márgenes de los comerciantes.5. Corregir los graves desequilibrios del sistema comercial agrícola en contra de los agricultores de los países en desarrollo durante el actual Ciclo de Doha de negociaciones multilaterales en la OMC. Dar posibilidades para crear riqueza por el comercio es una de las maneras más eficaces de reducir el hambre y la pobreza.
6. Ofrecer a los agricultores y a largo plazo un acceso seguro a los recursos. En particular a través de la concesión a los agricultores de tenencias seguras de la tierra, derechos seguros al agua, acceso a créditos y acceso a recursos genéticos tales como animales y semillas mejorados. Estas medidas no requieren un alto nivel de gasto gubernamental pero tienen un impacto significativo en la motivación de los agricultores.
7. Construir infraestructuras eficientes de comercialización, transporte y comunicaciones. Estos forman parte esencial de un sistema agrícola sostenible. La infraestructura rural no sólo es importante para los agricultores como productores sino que también lo es para ellos como ciudadanos y su calidad de vida en las zonas rurales.
8. Dedicar más programas agrícolas para tratar la especial situación de las mujeres que producen una gran parte de los alimentos de los países en desarrollo.
ExcelenciasEn último análisis será el agricultor el factor decisivo del éxito o fracaso de cualquier estrategia para conseguir seguridad alimentaria. Por lo tanto no debe ser perdido de vista su principal protagonista. Si la Cumbre de la Alimentación de la FAO, cinco años después, se centra en el refuerzo de la agricultura y en la facilitación de los esfuerzos de auto-ayuda de los agricultores, estamos seguros de que sí habrá “alimentos para todos”.
Les saluda respetuosamente,
Gerard Doornbos
Presidente de la Conferencia

LA COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS BIOTECNOLÓGICOS

El debate mundial sobre el comercio de productos de la biotecnología tiene aristas permanentes en función de las restricciones que se imponen a dichos productos.
Para varios países entre los que se encuentra la Argentina sus efectos potenciales se hacen preocupantes ante la gran concentración que han alcanzado de dichos productos en sus exportaciones.
Se estima que el 95% de los productores agropecuarios locales utiliza en sus cultivos semillas bio genéticamente modificadas (OGM), alcanzando la mayor incidencia en el cultivo de la soja, siguiéndole el 40% del maíz y un poco menos el cultivo de algodón. Este elevado porcentaje no significa que existan muchos variedades OGM en el mercado, sino es oportuno destacar que sólo han sido aprobados siete eventos; cuatro en maíces, dos algodones y uno en soja. Curiosamente, Europa tiene 18 eventos OGM aprobados.
Según la Conabia desde 1991 hasta el año 2002 se otorgaron 567 permisos de liberación al medio, de organismos genéticamente modificados para uso agropecuario, con un 80% de ensayos sobre cultivos de maíz, soja, girasol y algodón que fueron evaluados por su resistencia a insectos y tolerancia a herbicidas. La diferencia entre tantos ensayos y tan pocas aprobaciones tiene dos respuestas; por un lado el alto grado de detalle en los análisis y seguridad de del marco regulatorio utilizado en la Argentina, que desecha antes de que se comercialice todo lo que pueda generar algún problema o peligro. Por otro lado, la moratoria de la Unión Europea que desde el año 1998 viene complicando las aprobaciones de los OGM para la Argentina.
En resumen de los tres pasos que exige el país para la aprobación de un nuevo evento, por el momento los dos científicos pueden ser garantizados. El tercero, netamente comercial, se puede trabar por no ser aprobado en la Unión Europea. En este último caso las restricciones exceden el alcance del país.
En el caso del maíz, por ejemplo, si fueran sacados a la venta en el mercado significaría que la Argentina puede quedar fuera de la posibilidad de ventas cualquier tipo de grano a la Unión Europea.
De esta forma, la aprobación se concentra en las pruebas científicas para asegurar que sean aprobados los avances genéticos que sean inocuos para la salud humana y animal, ni produzcan daños al medio ambiente. La forma de compensar las trabas comerciales de los europeos que impiden el lanzamiento de nuevas variedades, se concentra en la negociación internacional.
En la Argentina, el desarrollo de la biotecnología sería una herramienta fundamental para el crecimiento, como país exportador, en vias de desarrollo y que no subsidia su producción ni el comercio de exportación.
Fuente: IICA - INTA vía E-campo

HONGOS COMESTIBLES: UN MANJAR PARA PROVECHO COMERCIAL

Investigadores ecuatorianos identificaron 11 especies de hongos aptos para la alimentación, provenientes del bosque tropical de Esmeraldas. Se planea su producción y comercialización a nivel de microempresa comunitaria.
La especies comestibles identificadas por los investigadores se emplearán en la producción comercial en comunidades pobres de Esmeraldas.
¿Ha escuchado usted hablar del quysthyuthyu, de la cayamba o de las orejas de palo? Por si no lo sabía, estos son nombres que los pobladores de comunidades rurales de la provincia de Esmeraldas dan a ciertas especies de hongos agaricales (setas) existentes en los bosques tropicales y que ancestralmente han servido de alimento para sus familias. Pero, lamentablemente, por diversos motivos esa costumbre culinaria se ha ido perdiendo con el paso de los años.
Los hongos comestibles constituyen un apetecido producto no maderable que encierran los bosques de Esmeraldas. Las comunidades chachis, awá y negras, asentadas en la provincia, tradicionalmente los han consumido preparados de diferentes maneras. Sin embargo, la deforestación y la pérdida de identidad cultural ha llevado a que paulatinamente se reduzcan las posibilidades de colectar este alimento, hoy amenazado por la explotación de los bosques nativos que aún sobreviven en esa región.
En vista de ello, después de un trabajo de investigación que duró tres años, especialistas de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres de Esmeraldas identificaron 11 especies de hongos con características nutritivas y alimenticias -dos de ellas nuevas para el Ecuador- y con potencial para la explotación, en comunidades asentadas en áreas boscosas de la provincia verde.
Esta labor, que concluyó en marzo del 2004, es parte de un proyecto que pretende generar ciencia y tecnología que permita la producción de los hongos comestibles a nivel de microempresa comunitaria. Para ello, se requiere de una segunda etapa de actividades.
Transversín Vivero, investigador principal del proyecto, asegura que con este trabajo la Universidad de Esmeraldas se convierte en pionera en el estudio de hongos tropicales en el Ecuador. “Además este estudio aporta al conocimiento científico, tanto local como internacional”.
PRODUCCIÓN COMUNITARIA, UNA META
La investigación se financió con fondos del Programa de Modernización de los Servicios Agropecuarios (PROMSA) y en ella colaboraron entidades locales como el Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) y la Universidad Central, así como la Universidad de Los Andes, de Venezuela, y el Instituto Ecológico de Jalapa, Veracruz, de México, entre los organismos extranjeros.
El proyecto, según Transversín Vivero, tiene como objetivo contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes de las comunidades pobres de Esmeraldas y reducir la presión a la que están sometidos los bosques del noroeste de esa provincia.
De esta forma se intenta, además, rescatar las costumbres culinarias y conocimientos ancestrales dentro de las comunidades, con la activa participación de la mujer, así como apoyar la formación de microempresas familiares dedicadas a la producción, industrialización y comercialización de los hongos comestibles como una alternativa de ingreso económico para el campesino.
“Nosotros hicimos un estudio de mercado y advertimos que el negocio es bastante rentable, porque, entre otros aspectos, los hongos comestibles se desarrollan con sustratos baratos. Además, hay posibilidad de comercializarlos aquí mismo en el Ecuador, pues a nivel local existe un gran déficit del producto y las especies que se venden hay que importarlas”, afirma Vivero.
En nuestro país la mayor demanda de hongos se concentra en las provincias de Pichincha, Guayas, El Oro, Los Ríos y Azuay, ya sea en fresco, encurtido o seco. En el ámbito internacional, son muy apetecidos en los mercados asiáticos y europeos.
En Esmeraldas hay un enorme potencial por descubrir con respecto a este producto alimenticio, pues, según Vivero, el estudio abarcó solamente 30 hectáreas de las 15.000 que posee la provincia.
Los hongos que sirven para la producción comercial provienen de clima templado y es poco lo que se conoce sobre los de clima tropical, salvo algunas especies de África, sostiene el experto. “Por eso queremos estudiar cada uno de los hongos comestibles establecidos para hacer con ellos ensayos de producción”.
Esa actividad se prevé cumplir entre abril y octubre del 2004, que comprende la segunda fase del proyecto, con cuatro especies, en las comunidades de Colón Eloy y Malimpia. Esta última etapa consiste en trabajar con los campesinos de esos dos sectores y formar microempresas comunitarias de producción y comercialización de los hongos comestibles.
Los investigadores esperan que este proyecto sirva como incentivo para que la explotación de estas especies se convierta en una fuente segura de alimentación para poblaciones marginales y una alternativa que reduzca la dependencia hacia la explotación maderera, así como en una rentable actividad productiva en el país, incluso con fines exportables.
LA INVESTIGACIÓN
Como una primera actividad de campo, los investigadores recolectaron muestras en bosques y zonas de cultivos de diez comunidades pertenecientes a cinco cantones de la provincia de Esmeraldas (Guabina y Guadualito, en San Lorenzo; Nache y Medianía, en Río Verde; Colón Eloy y Playa Grande, en Eloy Alfaro; Contreras y Balzar, en Muisne; y Malimpia y Naranjal, en Quinindé). Se estima que aproximadamente 10.000 personas viven en esas localidades.
La recolección de los especimenes se realizó de tal manera que una vez determinada el área de búsqueda no quedó ningún lugar sin registrar (método de barrido). De esta tarea se recogieron 420 especies diferentes de hongos, de los cuales 89 pasaron a un proceso de análisis, tanto de campo como de laboratorio, para su identificación taxonómica y conocer su idoneidad como alimento.
En consecuencia, 32 especies se las clasificó como agaricales y de ellas 11 resultaron ser comestibles. Un hecho relevante del estudio es que los investigadores encontraron dos especies, Gymnopilus sp. y Phlebopus sp., que no estaban registradas en el país, la segunda de ellas posiblemente comestible.
Con las especies con características nutritivas y alimenticias se planea realizar ensayos de producción en diferentes comunidades, y a partir de sus resultados emprender la formación de microempresas productivas y de comercialización.
EL MUNDO DE LOS HONGOS
Los hongos son plantas talofitas -su cuerpo vegetativo es el talo, que equivale al conjunto de raíz, tallo y hojas de otras plantas-, sin clorofila, de tamaño muy variado y reproducción preferentemente asexual (por esporas), que son parásitas o viven sobre materias orgánicas en descomposición.
Los agaricales son hongos gelatinosos, perecibles, que integran tanto especies comestibles como venenosas. Son de gran importancia económica para el hombre por sus diferentes usos, tanto en alimentación, medicina, agricultura, industria, etc.
El estudio determinó que las especies de hongos comestibles potencialmente explotables son: Auricularia delicada*, Auricularia fuscosuccinea, Pleurotus concavus*, Pleurotus djamor*, Polyporus tenuiculus, Lentinus critinus, Lentinus fockei, Lentinus strigellus, Lentinus strigosus, Notopanus eugrammus y Oudemansiella carnarii (*Especies con posibilidades de cultivo en restos de madera y otros residuos agroindustriales).
El análisis bromatológico (alimenticio) de 10 hongos estudiados en el proyecto demostró que su contenido de nutrientes es similar a los encontrados en las hortalizas del grupo de las leguminosas.
Los hongos son pobres en grasas y colesterol y ricos en vitaminas B1, B2, D y otros compuestos del complejo B. Estudios recientes han comprobado que 200 gramos de hongos pueden reemplazar 100 gramos de carne.
Revista El Agro
Por: Mario Avilés - maviles@elagro.com.ec

LAS “CARICACEAS” UN RECURSO INEXPLOTADO

Chamburo, chihualcán, siglalón, toronche son frutas nativas de los Andes que en nuestro país están en vías de desaparecer, sin que se haya llegado a aprovechar su enorme potencial y las promisorias perspectivas que ofrecen. Gran número de plantas comestibles, entre cereales, leguminosas, tubérculos y raíces, seudocereales, hortalizas y frutales son originarias de este país y desde los tiempos anteriores a la conquista española han constituido importantes fuentes alimenticias para la población.
Desde el Siglo XVI, los conquistadores y cronistas encontraron creciendo cultivados o en estado silvestre una gran variedad de frutos, muchos de los cuales, a pesar de su valor pasado, han sido dejados de lado y hoy se ven amenazados por la extinción. Un caso típico que ilustra esta situación es el de las caricáceas de altura o, como también las denomina, papayas de Los Andes. Con excepción del babaco, cuyo cultivo tecnificado cobró gran importancia en años recientes, al punto de provocar una sobreoferta que ha causado cuantiosos perjuicios a los productores, las otras caricáceas nativas no han recibido atención y día a día van desapareciendo aun como cultivos de patio. Tanto el chamburo como el chihualcán, el toronchi y el siglalón, que hasta hace pocas décadas se podían encontrar en los mercados, sobre todo de las áreas rurales, hoy casi han dejado de existir y nosotros, consumidores inmersos en la corriente globalizadora, hemos cambiado nuestros hábitos de consumo y olvidado su exquisito sabor y muchos otros atributos.

EL COMERCIO DEL “AGUA VIRTUAL”

El comercio agrícola mundial no es sino una gigantesca transferencia de agua, en forma de commodities, desde regiones donde se la encuentra en forma abundante y a bajo costo, hacia otras donde escasea, es cara y su uso compite con otras prioridades. Esto ya tiene un nombre, entre los estudiosos del enfoque, la denominan “agua virtual” y sostienen que este comercio se incrementará en el futuro, de la mano de una demanda creciente, paralela al agotamiento y contaminación de los recursos.

EL CASO CHINO

Se estima que China comprará este año comercial entre 16 y 18 millones de toneladas de poroto de soja, lo mismo o más de lo que produce, lo cual le representa una salida de divisas del orden de los 3.500 millones de dólares, a valores actuales. Lo hace porque es una economía en expansión cuya población, en la medida que mejora su ingreso, se vuelca hacia las proteínas animales, que se producen sobre la base de hidratos de carbono y proteínas vegetales.

Pero también porque lo que le sobra no es precisamente agua. Si bien, es el quinto en el ránking mundial de países en cuanto a volumen de recursos hídricos, los 1.200 millones de habitantes que posee hace que la disponibilidad de agua per cápita lo ubique entre los últimos del planeta.

Hoy China enfrenta el creciente problema que su industria en expansión y una población que accede a más ingresos le demandan más recursos hídricos, que necesariamente debe quitárselos a la agricultura, en particular en la región norte del país, donde buena parte del trigo que allí se produce utiliza agua de riego.

Sucede que el país asiático se autoimpuso, lo logró y superó, generar el 95 por ciento del consumo de trigo, maíz y arroz. Pero estos cultivos son sumamente ineficientes en el uso de agua. Mantener la producción triguera en el norte del país ha llevado a drásticas reducciones de los acuíferos -que se contaminaron con agua salobre- y negativos impactos ambientales, que hoy comienzan a resquebrajar el sistema.

En este sentido, el Departamento de Agricultura de los EE.UU. dio a conocer en marzo de este año, un informe denominado “China's Agricultural Water Policy Reforms” donde plantea que se producirán cambios en el perfil de la producción agrícola del país asiático, desde los cultivos extensivos altamente demandantes en agua, hacia los intensivos, de alta demanda en mano de obra -ventaja comparativa de China- y con factibilidad de aplicar tecnologías de conservación del riego, con viabilidad económica.

Esto es lo que se denomina “agua virtual”. Cuando China importa 18 toneladas métricas de soya, ingresan “virtualmente” los 22.500 millones de metros cúbicos de agua que hicieron falta para producirlas.

CUESTIÓN DE EFICIENCIAS

Una persona bebe, en todo un año, un metro cúbico de agua, aproximadamente. Requiere -término medio- para el uso doméstico entre 50 y 100 m3 en el mismo lapso. Pero los alimentos que consume al año necesitan unos 1.000 m3 para ser producidos.

En el caso de la soja, por ejemplo, la bibliografía Argentina cita eficiencias del uso del agua de entre 5 y 11 kg por cada 10 m3. Indices similares se le pueden adjudicar al girasol o el trigo. En este grupo de los commodities se destaca el maíz, que por su metabolismo C4 logra producir entre 10 y 24 kg de grano con los mismos 10 m3.

En el caso de la soja, y haciendo un promedio de 8 kg por cada diez metros cúbicos de agua, significa que los 35 millones de toneladas que se producen por año en el país y se exportan casi todos, requirieron de unos 44.000 millones de metros cúbicos de agua para producirlos, lo cual no sería posible hacerlo si el agua no tuviera costo cero, como es la que viene de la lluvia.

Ese volumen de agua es 20 veces la que dispone Israel por año. Anthony Allan, especialista en temas hídricos de la Universidad de Londres, sostiene que los países del norte de Africa y Medio Oriente hace rato ya que se encuentran en déficit hídrico y que, aunque su dirigencia política no lo reconozca explícitamente, las crecientes importaciones de cereales y harina de trigo, sobre todo en el período que va de 1970 a 1985, es la manifestación del déficit del recurso hídrico.

AGUA VIRTUAL EN LAS PAMPAS

Parece claro que una de las ventajas comparativas de los agricultores argentinos es disponer de agua a costo cero, gracias a las precipitaciones que caen en sus campos. Sin embargo, la intensificación del ciclo húmedo en la región pampeana crea la paradoja de que los campos queden inutilizados por excesos de agua, sea porque permanecen inundados o porque no permiten ingresar con las máquinas a producirlos.

La respuesta obvia es desalojar el agua hacia el mar de la forma más rápida posible. Esto es en definitiva por lo que pelean los productores de la Cuenca del Salado y de otras regiones también. Pero ya en 1884, Florentino Ameghino proponía considerar los excesos de agua como reservas para los ciclos secos.

Javier Preciado Patiño

“No tenemos agua de sobra, sino tan sólo la bastante si toda ella pudiera ser aprovechable. Luego, dar desagüe ilimitado a las aguas que cubren en ciertas épocas los terrenos de la pampa, sería desperdiciar sin provecho una cantidad enorme de líquido indispensable a la fertilidad del país”, decía el científico en una conferencia que daba en el Instituto Geográfico Militar en ese año.

Es cierto que tremendos cambios tecnológicos se sucedieron entre esa fecha y el presente, en particular en el capítulo agrícola. Y sin embargo, ¿es lógico echar al mar un recurso que escasea en el mundo entero, en particular en aquellas regiones más pobladas, con más rápido deterioro de sus recursos naturales y crecientemente ávidas de alimentos básicos?

El gobierno de La Pampa acaba de dar un primer paso en este sentido. En la región de Quemú Quemú tiene licitada la construcción de un reservorio de 25.000 hectáreas hacia donde circulará el agua que hoy sacó de producción a unas 60.000 hectáreas. Consultado al respecto, el ministro de la Producción pampeano, Néstor Alcala, explicó que en principio no está previsto en esta primera etapa utilizar ese reservorio para riego, pero no descarta que el próximo paso sea estudiar la factibilidad de promocionar la forestación con esta agua. Ahí, el sistema terminaría de cerrar: todos los campos en producción sin problemas de agua, y cuando las mismas producen excesos, se canalizan hacia un reservorio que la utilizaría para un nuevo emprendimiento productivo.

Librecomercio agrícola

Paul van Hofwegen, del Consejo Mundial del Agua (Water World Council), apunta que el incremento del comercio global de agua virtual implica cambios drásticos en los patrones de producción agrícola de los países y que tiene que ser examinado en términos políticos de seguridad y soberanía alimentaria, generación de empleo y utilización de los recursos hídricos.

Obviamente, para que una nación confíe su provisión de materias primas básicas a proveedores externos, es necesario que el proteccionismo ceda y el librecambio agrícola aumente. Un mundo seguro, con líderes políticos que apuesten a la libre circulación de los bienes, es la forma en que los países pueden ir librándose de sus políticas de autoabastecimiento de materias primas y concentrarse en la producción de aquellos cultivos que maximizan su retorno económico por metro cúbico de agua consumida.

En este marco, la cadena agraria argentina tienen un gran partido por jugar, pero es necesario, al mismo tiempo, promover ese marco comercial y valorizar el recurso hídrico.

TILAPIA, EL PEZ MÁS COMERCIAL DE LOS 90

EL UNIVERSO: Marlén Bernal M. -
Ecuador exporta a Estados Unidos más del 90% de filete fresco, siendo proveedor líder de América Latina.

Según informes de la Corporación de Promoción y Exportaciones, Corpei, la tilapia ha ganado y sigue ganando aceptación en el mercado estadounidense, motivo por el cual ha sido catalogada como El Pez de los 90 por escritores estadounidenses expertos en seafood, esta calificación ha sido el resultado del crecimiento del consumo norteamericano.En Ecuador existen alrededor de 2.000 ha de espejo de agua dedicadas al cultivo de tilapia roja, con un monto estimado de producción anual de 20.000 toneladas métricas, con potencial de crecimiento.
Vincen Erens, vicepresidente ejecutivo de Enaca, Empacadora Nacional, indicó que el inicio de la actividad en Ecuador se dio con la primera crisis del camarón, cuando en los años 1994 o 1995 llegó el mal de taura, enfermedad viral que afectó al crustáceo.Luego, con el problema de la mancha blanca –argumenta Erens–, se incremento el área sembrada con este pez, existiendo una buena oportunidad de mercado para la tilapia fresca.Enaca actualmente posee 1.200 hectáreas de cultivo de tipalia y exporta a Estados Unidos filetes por alrededor de 20 a 25 millones de dólares al año, en un negocio que ha crecido en los últimos siete años. Ahora tenemos el 30% de las exportaciones ecuatorianas, explica el directivo.Desde el punto de vista nutricional se considera que el nivel de proteína de la tilapia es más elevado que el presentado por los pescados de carnes rojas, la excelente calidad de su carne, su textura firme, coloración blanca, hace que sea apreciado y apetecido por los consumidores.La tilapia se exporta en tres presentaciones: entero congelado, filete congelado y filete fresco. El 90% de las exportaciones lo constituye el filete fresco, lo cual significa una ventaja competitiva para el país.El directivo de Enaca acotó que este es un negocio agropecuario que puede tener un buen margen de ganancia, pero con una cadena integrada cumpliendo con todos los pasos. Por tal motivo, el 85% de la producción de tilapia de Enaca es de piscinas propias, “nosotros producimos al año 11.000 toneladas de tilapia entera, que hacen tan solo 3.500 toneladas de filete porque el rendimiento de un pescado entero a filete es tan solo de 36%, las cabezas se exportan a Colombia, país que las aprovecha para alimentar mejor a su pueblo, acotó.Finalmente, explica Erens, que las investigaciones de la empresa las están enfocando a bajar costos de producción para poder seguir siendo competitivos en el mercado.

ABUSO DE FERTILIZANTES DETERIORA LOS SUELOS AGRÍCOLAS

Marlen Bernal M.
Los fertilizantes son productos que representan entre el 20 y 30% de los costos de producción de un cultivo.“Lamentablemente en Ecuador se aplican innecesariamente porque no nos han enseñado a interpretar los análisis de suelo y los foliares”, expresó Rodolfo Olivares, especialista y asesor en el área de nutrición vegetal para el mercado latinoamericano, en el marco de la primera exposición y congreso regional organizado por Dole hace algunos días en Guayaquil.Según el especialista, el 80% de los productores no utilizan análisis foliar, “se están haciendo aplicaciones por aplicar, encareciendo los costos de producción, desmejorando la calidad y desnaturalizando la fertilidad de los suelos de Ecuador que tiene un clima precioso para producir agricultura tanto en la Costa como en la Sierra, acotó Olivares, y argumentó que se debe hacer un llamado a los agricultores del país para que traten de minimizar las adiciones innecesarias de fertilizantes, nitrógeno, fósforo y potasio al suelo; es necesario tener programas de efectos de neutralización y trabajar desde ya con balance de nutrición para tener una relación costo-beneficio más eficiente. Por ejemplo, explica el técnico, la aplicación alta de nitrógeno hace desaparecer el cobre, que es importante para evitar mayor incidencia de enfermedades en banano porque produce fitoalexinas (sustancias que sintetiza la planta para protegerse de patógenos), esto ha llevado a los científicos a hablar de agricultura de precisión, donde se procura dar un mejor balance a las plantas para que tengan mayor resistencia a las enfermedades.Uno de los problemas básicos que los técnicos o agricultores tienen que dilucidar, explica Olivares, es el de saber en qué suelo están trabajando, como mínimo se debería tener aquí un historial de las fincas y hacer un análisis de suelo cada año y uno foliar cada seis meses, también hay síntomas en las plantas como cuando están con racimos pequeños, hojas con clorosis o presentan volcamiento.Según el técnico, la misma plantación va mostrando los síntomas, “pero ya se está perdiendo hasta el ojo clínico práctico para poder interpretar la relación suelo-planta-medio ambiente, tenemos que recuperar esta relación para poder aumentar la producción, mejorar la calidad y presentar un producto que realmente sea un banano”. En gran parte este problema se puede subsanar, indica el especialista, aplicando abonos orgánicos, para poder rescatar los suelos, recuperación que se puede hacer con humus ya que estos dan un mejor aporte de minerales naturales y una mayor conductividad eléctrica, a la vez que reducen costos de producción porque se puede incorporar toda la materia orgánica que sale del banano ya que el 60 a 70% de los minerales va en los desechos; las experiencias indican que manejando la fertilización minimizamos el problema de la sigatoka negra, acotó.
Recomendaciones
Chequear suelos, hacer análisis a la tierra y foliar. Minimizar las aplicaciones de sulfatos, oxisulfatos y óxidos porque están contaminando.Recuperar los suelos para incorporar más complejos orgánicos y materiales neutralizantes.Es importante hacer una regionalización y actualización del conocimiento agrícola y de las tecnologías.Finalmente Olivares, hace un llamado a los agrónomos para que trabajen en agricultura a conciencia y no solo la vean como un negocio, el futuro de la agricultura depende del conocimiento, concluyó.

EL UNIVERSO

INCREMENTAR LA PRODUCTIVIDAD DEL AGUA

La productividad del agua que se utiliza en la agricultura aumentó por lo menos 100 por ciento de 1961 a 2001, debido sobre todo al incremento de las cosechas. Las cosechas del arroz de riego se duplicaron, y las de trigo de riego aumentaron 160 por ciento en ese periodo, con poca variación en el consumo de agua por kilo de producción. La FAO calcula que las necesidades mundiales de agua para producir alimentos per cápita disminuyeron a la mitad entre 1961 y 2001, ahorro considerable y ventaja igualmente significativa para los otros usuarios del líquido.

Existe un cálculo según el cual un incremento del uno por ciento de la productividad del agua en la producción de alimentos pone a disposición de la población -por lo menos en teoría- otros 24 litros al día por persona, mientras que un incremento del 10 por ciento igualaría el consumo doméstico actual de agua. En consecuencia, invertir en agricultura y en gestión del agua en la agricultura constituye una interesante estrategia para liberar agua para otros fines.

Mejorar la productividad del agua -en condiciones de secano o de riego- requiere, primero que nada, un incremento de las cosechas o de los valores, es decir, la parte que se puede comerciar de la cosecha por cada unidad de agua transpirada. También es necesario reducir todo derrame innecesario, o "pérdida" (por ejemplo, a causa del drenaje, la infiltración y la percolación), con excepción de la transpiración de los cultivos, y aprovechar con mayor eficacia el agua pluvial, el agua acopiada y el agua de calidad marginal. La reducción de la pérdida de agua y la gestión hídrica forman parte de la gestión integrada de los recursos hídricos en la cuenca, según la cual las instituciones y las políticas tienen la responsabilidad de asegurar que las intervenciones que se realizan río arriba no sean a expensas de los usuarios de las tierras bajas. Estos tres principios se aplican en todas las escalas, desde la planta al campo y al sistema agroecológico, pero las opciones y las prácticas asociadas a ellos requieren de diferentes enfoques y tecnologías en distintas escalas espaciales.

Relación grano paja

Respecto a la planta, incrementar su productividad requerirá sobre todo de mejorar el germoplasma, darle, por ejemplo, mayor vigor a las plántulas, lograr que las raíces lleguen más hondo, aumentar los índices de las cosechas (la relación grano paja) y lograr una mayor eficacia de la fotosíntesis. Las variedades de trigo, arroz y maíz de la revolución verde que no dependen de las horas de luz recibida y cuya duración es de corta a media (de 90 a 120 días) han logrado superar con eficacia la sequía de fines de la estación que afecta negativamente el florecimiento y el desarrollo del cereal. En consecuencia, las variedades modernas de arroz son tres veces más productivas que las variedades tradicionales, en cuanto al consumo de agua. El fitomejoramiento tradicional ya había logrado llevar estos beneficios a otros cultivos, y se prevé que la ingeniería genética supere viejos obstáculos para crear variedades de cultivos muy productivas y tolerantes a la sequía.

En cuanto al campo, una mayor productividad del agua exige modificar la gestión de los cultivos, el suelo y el agua. Las posibles estrategias para realizarlo son: selección de cultivos y cultivares apropiados, utilizar métodos mejorados de siembra (por ejemplo, en cuadros elevados), labranza mínima, sincronizar las aplicaciones de agua con los periodos de crecimiento más pertinentes, y mejorar el drenaje para regular los mantos freáticos. Todas las prácticas culturales y agronómicas que reducen la evaporación del agua -como sembrar en hileras con espacio variable y aplicar rastrojo- mejoran la productividad del agua. Una mejor gestión de los nutrientes aumenta las cosechas proporcionalmente más de lo que eleva la evapotranspiración. La falta de riego -cuando se aplica menos agua de la necesaria para satisfacer la demanda plena del cultivo- produce una pequeña reducción de la cosecha, inferior a la reducción concomitante de la transpiración.

La FAO pone en duda la idea común de la ineficiencia inherente de la utilización del agua en el cultivo de arroz, y señala que la percolación de la capa de agua que está permanentemente en la superficie del campo a menudo se recicla, y que la productividad del arroz por lo general admite una buena comparación con la de los cereales secos. Con todo, las técnicas de riego que economizan agua -como el cultivo en suelos saturados y la aplicación alternada de agua- pueden reducir drásticamente los derrames improductivos de agua e incrementar la productividad de ésta. Estas técnicas por lo general dan lugar a cierta disminución de la cosecha, en el caso de las variedades muy productivas de arroz de las tierras bajas, aunque se han obtenido considerables incrementos en el caso de algunas variedades locales -con un rendimiento promedio de más de ocho toneladas por hectárea- con una técnica llamada "intensificación del sistema arroz", elaborada en Madagascar, en el que el suelo sólo se mantiene húmedo durante las etapas reproductivas y cuando la planta está produciendo el grano.

En la agricultura de secano, zanjar los déficit de agua durante las rachas secas a través de riego suplementario estabiliza la producción e incrementa espectacularmente tanto la producción como la productividad del agua. Si bien son relativamente pocas las inversiones en acopio de agua -es decir, construcción de zanjas que conducen los escurrimientos hacia depósitos de reserva-, su eficacia depende de muchos factores, como la topografía, las características del suelo y la disponibilidad de fertilizantes, así como de la participación de los beneficiarios en la concepción y funcionamiento del sistema, que no es el factor de menor importancia.

Cálculo de valores

En el ámbito del sistema y de la cuenca, las opciones para mejorar la productividad del agua comprenden una mejor planificación de la explotación de la tierra, utilizar previsiones del clima a mediano plazo, planificar mejor el riego, y utilizar agua de diversa procedencia. Pero mejorar la productividad del agua no necesariamente rinde mayores beneficios económicos o sociales, el agua en las zonas rurales de los países en desarrollo tiene múltiples usos, factor que complica los cálculos de los valores. En este contexto más amplio, las repercusiones de la agricultura para los otros usuarios del agua, la salud humana y el medio ambiente revisten por lo menos la misma importancia que las cuestiones relacionadas con la producción.

Las diversas aplicaciones del agua incluyen la producción de madera, leña y fibra, la acuicultura y la ganadería, el consumo doméstico y el cuidado del medio ambiente. "No siempre son apropiadas todas las medidas para incrementar la productividad del agua -dicen los expertos de la FAO-. Es fundamental ponderar las diversas aplicaciones del agua en la agricultura antes de introducir medidas que incrementarían la productividad del agua a expensas de otros beneficios de la misma fuente de agua, en especial los destinados a la población pobre local y a las personas que no tienen tierras".

Por último, la FAO hace hincapié en la necesidad de determinar los tipos de políticas e incentivos que promuevan mejor las nuevas prácticas agronómicas y culturales, así como una mayor productividad del agua. "La experiencia de la agricultura de conservación indica que los intereses de corto plazo de los agricultores a menudo difieren de los intereses de la sociedad a largo plazo, y que los beneficios económicos producidos por la modificación de las prácticas culturales a menudo tardan mucho tiempo en materializarse. Los resultados incongruentes y a veces contradictorios de los estudios sobre la adopción de nuevas prácticas indican que el proceso de toma de decisiones de los agricultores es muy variable y a menudo inaceptablemente largo, tomando en cuenta el apremio de los problemas relacionados con la escasez de agua. La experiencia de la investigación participativa y la extensión podrían ayudar a reducir esta demora".

Riego modulado en la producción de arroz

Producir más arroz con menos agua es esencial para la seguridad alimentaria y la producción del medio ambiente en Asia. El Instituto Internacional de Investigaciones sobre el Arroz (IRRI) ha indagado diversas tecnologías de ahorro de agua en el campo, como la intensificación del sistema arroz, el arroz aerobio y la capa de rastrojo. Estas técnicas reducen uno o más tipos de derrame de agua, como la infiltración y la evaporación, y contribuyen así a la productividad del agua. Pero también introducen periodos en los que el suelo no está inundado, ni siquiera saturado, lo que suele hacer que las cosechas sean menos abundantes. Resultados obtenidos recientemente en el norte de China y en l as filipinas indican que las cosechas de arroz aerobio son cerca del 40 por ciento menores que las de los sistemas inundados de las tierras bajas. Pero la necesidad de agua es alrededor de 60 por ciento menor.

¿Por qué no utilizar agua del mar?

El agua marina desalinizada cuesta unos 50 centavos de dólar EE UU por metro cúbico, que es más del doble del precio del agua dulce que se utiliza para el riego (según los cálculos de un estudio reciente de 23 sistemas de riego en 11 países de Asia, África y América Latina). "Esta forma de obtención de agua es demasiado costosa para la producción agrícola -dicen los expertos de la FAO-. Pero su costo se ha reducido a cerca de una décima parte de lo que era hace 20 años. Es probable que siga mejorando la tecnología para desalinizar el agua del mar y que su costo también siga disminuyendo".

“Agua Virtual”

Como el agua es una variable importante en la agricultura, los países necesitan ponderar la cantidad de agua necesaria para producir alimentos. Cuando un país importa una tonelada de trigo o de maíz, también está importando en realidad "agua virtual", es decir, el agua utilizada para producir ese cultivo. El comercio de agua virtual permite a los países importadores ahorrar agua. Se calcula que las importaciones de maíz que hizo Egipto en 2000 produjeron un ahorro de alrededor de 2 700 millones de metros cúbicos de agua. El ahorro mundial real de agua es considerable: un cálculo inicial revela que el ahorro de agua logrado a través de la transferencia virtual del líquido a través del comercio de alimentos asciende a 385 000 millones de metros cúbicos.

FUENTE: Revista Agricultura 21